En Jordania, una misión cristiana se ocupa de ayudar a las mujeres sirias que llegan desde territorio sirio. Más de cien mujeres asisten a una iglesia en Jordania para una conferencia. Es inusual ver a tantas mujeres musulmanas en una iglesia en Medio Oriente, pero la gente busca consuelo y ayuda donde sea que se lo ofrezcan.
Hay una mezcla de enojo y tristeza entre ellas, despojadas de sus posesiones, de su tierra y también con pérdidas humanas en sus familias. Hassan, una refugiada siria dice que “había un área junto a nuestra casa donde abusaban niñas y mujeres y mataban hombres. Era horrible, teníamos que irnos”.
Casi todos los que han huido tienen una historia desgarradora. Roba, de 16 años, perdió a su padre en la guerra civil. Ella, su madre y hermanos menores escaparon a Jordania. Pero ella extraña a su padre y a su país. Hoy, al menos por unas horas, reciben alivio de su dolor. “Me siento como en familia. Ahora me siento mejor y segura”, comenta la joven.
LAVANDO LOS PIES
Un grupo de misioneros las invitaron a escuchar de Jesús, y a tomar parte de una ceremonia de lavado de pies.
Para muchos, sus pies han caminado más de 100 kilómetros, escapando de tiroteos bajo un manto de oscuridad para venir a Jordania, donde estos cristianos ministran el amor de Jesús.Entre abrazos, lágrimas y sonrisas, las diferencias culturales y religiosas parecen desaparecer. “Tenían lágrimas en sus ojos aún antes de sentarse, así supimos que sentían el amor de Dios. Queríamos que conocieran a Jesús, no solo el profeta sino el Salvador”, explica Joanne Doyle del Ministerio E3 Partners.
Las mujeres disfrutaron de un arroz con pollo, mientras sus hijos jugaban. Su tristeza cambió a gozo conforme pasó el día, muchas fueron conmovidas por la experiencia. “Es difícil, pero encontramos gente amable como los cristianos que nos ayudan a sobrevivir en Jordania”, dice una mujer.
Nadie sabe cuánto más tardará esta guerra o si habrá una Siria a la cual volver. Aunque Jordania ha abierto sus puertas, no todos aquí se alegran de que los refugiados vengan. El director de E3 Partners para el Medio Oriente, Tom Doyle, piensa que esta es la peor crisis humanitaria de la región en veinte años.
“El problema es abrumador para el gobierno. Hay que tener en cuenta que aún hay guerra en Irak y hay muchos refugiados de ahí, y egipcios también. Así que hay oportunidad de alimentarlos, vestirlos y alcanzarles con el amor de Jesús, y ellos ven la diferencia”, dice Tom Doyle.
EXPERIENCIAS ESPIRITUALES
La antigua ciudad de Jaresh, parte de Decápolis, donde Jesús hizo milagros según los evangelios, es el hogar de miles de musulmanes suníes. Allí hay varios testimonios de personas que han visto a Jesús en sueños y visiones.
Joanne Doyle, dice que “sueñan con Jesús, ven cómo los cristianos los tratan y no pueden evitar ser atraídos a Jesús”.
Tom Doyle dice: “Creo que los cristianos deben ser conocidos por su amor. Eso es en resumen la palabra Evangelio. El amor es activo y va a alcanzar y a mostrarles a las personas quién era Jesús y su vida, la cual incluso fue vivida en esta área de Decápolis. Él siempre se acercaba a los despreciados, los humillados y los excluidos. Ahora, los sirios son despreciados, los musulmanes suníes son sacados del país… ¿Qué mejor momento para que Jesús muestre su amor para ellos?”.
Una joven musulmana escuchó la historia de Jesús muriendo en la cruz para darle vida eterna. Gracias al amor que recibió en esta iglesia en Jordania, ella está dispuesta a tener una relación con Jesús. “Me gustaría conocer más sobre Él”, asegura.
Pueden ver un reportaje en vídeo en la web de Mundo Cristiano.
Fuente: protestentedigital